WASHINGTON. AFP. El presidente Barack Obama volvía
el jueves a Washington, cinco días antes de que se produzca el temido
"precipicio fiscal", y sin perspectivas de llegar a un acuerdo para
evitar que EEUU registre alzas automáticas de impuestos y recortes del
gasto público, en medio del desacuerdo entre demócratas y
republicanos.
Obama volverá sobre las 17H00 GMT a la Casa Blanca, en donde
encontrará exactamente la misma situacióin que cuando viajó a Hawai (en
el Pacífico) hace seis días: negociaciones en punto muerto con el
presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John
Boehner.
Boehner, que dio asueto a la Cámara, aunque pidió a los legisladores
mantenerse listos para volver en 48 horas, afirmó el miércoles que ahora
es el Senado, controlado por los demócratas, que tiene que dar el
próximo paso pronunciándose sobre textos ya aprobados por los
representantes.
El líder de los demócratas en el Senado, Harry Reid, no se mostró dispuesto a concesiones el jueves.
Reid dijo que Boehner es responsable del empantanamiento de las
conversaciones y se declaró pesimista sobre un acuerdo a tiempo: "Vamos
hacia el precipicio (...) y la Cámara no está aquí".
De no haber acuerdo, se producirán recortes automáticos del gasto
público y aumentos de impuestos, en función de la legislación vigente.
La oficina del jefe de la mayoría de la Cámara, Eric Cantor, indicó
que los integrantes del cuerpo fueron convocados para el domingo por la
noche para retomar sus debates sobre los "temas legislativos", sin
mayores precisiones.
Obama ignoró las preguntas de los periodistas al llegar a la Casa Blanca.
El presidente, que fue reelecto en noviembre por amplio margen para
un segundo período que asumirá el año próximo, y que durante su campaña
defendió un incremento de impuestos para los más ricos, ya rechazó las
propuestas republicanas.
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