JERUSALEN. AP. El ex canciller israelí Avigdor
Lieberman fue acusado formalmente el domingo de abuso de confianza y
fraude, en un caso que lo obligó a renunciar a la cancillería hace dos
semanas y que compromete su futuro político.
Lieberman está acusado de promover a un ex embajador luego de que
éste le entregó subrepticiamente información sobre una investigación
penal a las operaciones empresariales del ex canciller.
El 13 de diciembre, el Ministerio de Justicia difundió una acusación
preliminar tanto a Lieberman como a la prensa. El domingo, una versión
enmendada de esa acusación se entregó a la Corte Magistrada de Jerusalén
luego de que los fiscales recibieron testimonios que indicaban que
Lieberman estaba más involucrado en la promoción del diplomático de lo
que se pensaba anteriormente.
Los cargos se mantienen sin cambios.
Lieberman, quien niega los cargos, renunció este mes después que fue
informado de la acusación, aunque sigue siendo un miembro del
parlamento.
El domingo no se presentó ante el tribunal y tampoco opinó sobre la
acusación. El diplomático al que trató de promover, el ex embajador
en Bielorrusia Zeev Ben-Aryeh, logró un acuerdo judicial con el gobierno
a principios de este año.
La acusación no aborda la principal sospecha contra Lieberman que ha
sido el foco de años de investigación. El procurador general Yehuda
Weinstein al final decidió que los fiscales no tenían suficiente
evidencia para acusar a Lieberman de recibir ilícitamente millones de
dólares de empresarios y de lavar el dinero a través de empresas
fantasma en Europa oriental.
Aunque fue acusado de delitos menores, el futuro político de
Lieberman podría verse comprometido si la corte que lleva su caso decide
sentenciarlo por un crimen que implica, bajo la ley israelí, un
“comportamiento inmoral”. Los legisladores sentenciados por crímenes así
deben renunciar de inmediato y no pueden participar en la política
durante siete años.
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