BANGKOK. AP. Las imágenes de un lloroso presidente
Barack Obama mientras hablaba sobre una matanza en una escuela primaria
de Connecticut tuvo resonancia en todo el mundo, mientras muchos en el
extranjero expresaban el sábado que la más reciente tragedia que afecta
al país sirva para intensificar su ley de control de armas.
Conmoción y compasión fueron las iniciales reacciones tras conocerse
sobre el ataque en que murieron 28 personas, entre ellas 20 niños, en
una escuela primaria.
La primera ministra de Australia Julia Gillard calificó el ataque como un “acto diabólico sin sentido e incomprensible”.
“Tanto como el presidente Obama y sus compatriotas estadounidenses,
nuestros corazones están quebrantados”, dijo Gillard en una declaración,
refiriéndose a la emotiva expresión de condolencia del líder
estadounidense.
El pistolero mató a su madre en su casa antes de dirigirse el viernes
a una escuela en Newtown, Connecticut, donde eliminó a balazos a 26
personas, entre ellas 20 niños, dijo la policía. El asesino fue
identificado como Adam Lanza de 20 años de edad, quien se suicidó.
Australia pasó por una tragedia similar en 1996, cuando un hombre
comenzó a disparar por doquier y mató a 35 personas en el estado de
Tasmania. La matanza provocó indignación en todo país y llevó al
gobierno a imponer estrictas leyes sobre el uso de armas, incluyendo una
prohibición a los fusiles semi-automáticos.
La inicial reacción oficial a nivel nacional no mencionó percepción
alguna sobre Estados Unidos, como una sociedad violenta, o en sus leyes
por lo general laxas sobre el uso de armas. Sin embargo, el debate tomó
otro cariz en las redes sociales como Twitter y otros medios, donde hubo
muchos comentarios sobre las causas de ese tipo incidentes.
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