A comienzos de 2012, el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg,
tuiteó: "Mi propósito para Año Nuevo es aprender código en una
academia".
Y a lo largo de todo el año, "aprender código" parece haber sido uno de los temas de moda en los medios.
Casi a la vez que Bloomberg tuiteaba sus propósitos, el ministro de
Educación de Reino Unido, Michael Gove, anunció un plan para reemplazar
del currículum escolar las clases de nuevas tecnologías por un programa
de ciencias de la computación.
Los actuales cursos se centran a menudo en la "alfabetización
digital", enseñar programas específicos de software como los
procesadores de texto.
Los cambios son un intento por llegar a un sentido más equilibrado de
"alfabetización". Es decir, no sólo ser capaz de "leer" la tecnología
usándola, sino también poder "escribir" con ella.
Y en el mundo de la computación, escribir con la tecnología significa explorar el universo de la programación.
Para hablar con fluidez un idioma hace falta pensar en esa lengua. No
se trata de pensar en español para luego traducir al inglés, sino
pensar en inglés.
Y para hablar realmente ese idioma no basta sólo con aprender el vocabulario básico de los diferentes lenguajes de programación
Una escultura. Tenemos que entender cómo llegar a
ideas que puedan adecuarse a la manera en que trabajan las computadoras.
Tenemos que aprender a expresar nuestros pensamientos en el lenguaje de
las máquinas. Esas son las habilidades que se necesitan hoy en día para
innovar e inventar con las nuevas tecnologías.
A menudo programar se relaciona con un trabajo de ingeniería de
software. Pero en cuanto uno aprende a pensar el idioma de la
computadora debería estar claro que programar no es sólo ingeniería.
De hecho, en gran medida es como hacer una escultura. Los datos, el
código, como si fuera un pedazo de arcilla, se manipula, se explora, se
siente entre tus dedos, y de convierte en algo con significado.
Es prácticamente lo contrario de la ingeniería. Es una disciplina
artística: comienzas haciendo bocetos y después trabajas sobre ellos
hasta que emerge una estructura final.
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